Existen razones de orden social tales como el desplazamiento de los campesinos hacia las ciudades en busca de oportunidades y mejores condiciones de vida, a pesar de que en sus lugares de origen se encuentran excelentes alternativas de alimentos y energía que podrían dar solución a sus necesidades.

Esto es posible mediante el desarrollo de sistemas alternativos de energía para implementar equipos agroindustriales, tales como descortezadoras de café, trilladoras de maíz, pica pastos, trapiches y molinos en general y así permitir la tecnificación del sector rural.

La efectividad en el campo

Una sola central hidroeléctrica de 3 kilovatios, ubicada en un punto estratégico puede surtir de energía para iluminar, escuchar música y ver televisión en 6 u 8 casas de una vereda durante la noche y el día.

Además, permite hacer funcionar una trilladora de maíz -recolectado en la misma región-, de la cual podrían obtener maíz molido para pollos, afrecho para marranos y bestias, y por supuesto el maíz trillado para las arepas.

Valor agregado a los productos agrarios

En Colombia, dada su condición de país en vía de desarrollo, la malla vial no cubre gran parte del territorio debido a las condiciones agrestes y montañosas, esto hace que el campesino a pesar de cultivar gran variedad de productos agrícolas, se pierdan por los altos costos de transporte que no compensan los precios en las cabeceras municipales.

Este tipo de proyectos permitiría al campesino y a su comunidad unirse y dar valor agregado a dichos productos, realizándoles procesos de molienda o triturado que facilitaría su transporte y comercialización.

A las quebradas se les captaría el caudal necesario para el funcionamiento de la micro central y por el mismo sistema se regresarían las aguas al mismo caudal, metros más abajo y sin contaminarla ni afectarla en lo más mínimo.

Concretamente los montajes constan de: Bocatoma, línea de aducción, desarenador y cámara de carga.